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jueves, 28 de agosto de 2014

Creación y reparto de la riqueza y los BRIC´s

La creación y  reparto de la riqueza global (que  ha sido históricamente asimétrica). Consecuencias y efectos que ocasiona en este ámbito el ascenso de nuevas potencias económicas


Históricamente en la economía internacional las riquezas se han ido concentrando cada vez mas en los países más desarrollados, mientras que los menos cada vez han entrado en una espiral de empobrecimiento o simplemente se han estancado en su crecimiento económico.

lunes, 25 de agosto de 2014

SOBRE EL CONCEPTO DE COMUNIDAD INTERNACIONAL



Algunas noches, cuando dispongo de algo de tiempo, acostumbro a recorrer el dial de la radio española, y detenerme a escuchar alguna de las tertulias políticas, más o menos sesgadas ideológicamente, que invaden las ondas a esas horas. Siempre me ha sorprendido que cuando se aborda algún conflicto geopolítico actual, especialmente si está en fase de guerra abierta (Siria, Libia, Irak, Ucrania o Israel-Palestina, serían algunos ejemplos de actualidad) se evite, a mi parecer, un análisis crítico, multiperspectiva, del asunto, limitándose con frecuencia los medios a los testimonios subjetivos de entrevistas con personas en la zona o próximas a ella. 

Cuando se plantea debate, es un hecho frecuente que en algún momento, bien el propio director de tertulia bien alguno de sus tertulianos, acabe formulando una misma pregunta recurrente, siempre acompañada de un cierto tono de indignación: ¿Qué está haciendo la Comunidad Internacional al respecto? O en una formulación más ingenua: ¿Por qué la Comunidad Internacional no hace nada? Llegados a este punto, me parece interesante detenernos a reflexionar brevemente sobre el concepto de Comunidad Internacional o qué entienden los medios de comunicación, como grandes creadores de opinión, por Comunidad Internacional.

Una primera respuesta simple podría ser que, ante un conflicto determinado, la Comunidad Internacional la forman todos los estados del mundo a excepción de los países litigantes. Pocos reconocerán utilidad de algún tipo en esta definición. También podemos sentirnos tentados a adoptar una perspectiva oficialista, y decir que Comunidad Internacional son todos los países representados en las Naciones Unidas. Esta solución no me parece satisfactoria, habido cuenta de que en aras de conseguir la máxima representación posible, en la ONU tienen voz muchos estados que no respetan mínimamente los Derechos Humanos, algunos auténticas dictaduras, por no hablar de la nula capacidad de la organización para hacer cumplir las resoluciones que dicta, al carecer de un verdadero poder militar efectivo.

Parece mucho más razonable definir la Comunidad Internacional como aquel conjunto de estados que aisladamente o formando parte de entidades supranacionales, tengan un peso geopolítico significativo. Así, puede haber un amplio consenso en incluir bajo esta denominación, sin pretender ser exhaustivos, a los principales representantes de Occidente (EE.UU., la Unión Europea, Gran Bretaña, etcétera) además de Rusia, China, Japón, potencias atómicas regionales como Israel, India y Pakistán, los grandes productores de petróleo de Oriente Medio o Brasil. Tampoco podemos olvidar la importancia de otros agentes geopolíticos como las potentes multinacionales, algunas con más recursos que muchos estados o el ascendente terrorismo yihadista.

Llegados a este punto, un inciso para recordar brevemente qué son el G8 y el G20, frecuentemente citados en la sección internacional de los medios de comunicación:

-     Se conoce como G8 el grupo de países cuyo peso político, económico y militar se considera especialmente relevante a escala global. Está formado por EE.UU., Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón y Rusia (temporalmente excluida tras la crisis de Crimea). Además, la Unión Europea cuenta con representación política propia. Todavía es frecuente ver referirse al G8 como “grupo de los ocho países más industrializados del mundo”, lo cual actualmente es falso, ya que para que así fuera se debería incluir a China y Brasil (segunda y séptima potencias económicas mundiales respectivamente) y excluir a Italia y Canadá.

-      A su vez, se conoce como G20 el grupo de estados que integran un foro de cooperación entre países desarrollados y emergentes para abordar temas relevantes de la agenda económica y financiera internacional. Estos son, en orden alfabético: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. 

Al reflexionar sobre quienes integran la Comunidad Internacional, empezamos a vislumbrar la respuesta a la pregunta que nos planteábamos arriba. Si alguna vez, durante unos pocos años, tras el desmoronamiento del Bloque Soviético, el mundo llego a ser unipolar y Occidente, especialmente EE.UU., tuvo la ocasión de liderar la geopolítica mundial con unas directrices basadas en una expansión activa de la democracia y el respeto por los Derechos Humanos, dicha oportunidad se malogró en apenas una década. Atrás quedan los días en que dos superpotencias mantenían un pulso sobre el equilibrio mundial, dejando como herencia el mundo en que vivimos. Un mundo que es quizás hoy más multipolar que nunca, y aunque no todos los jugadores tengan el mismo peso en el tablero global, cada vez hay más agentes que pueden jugar un papel significativo. En este gran juego, la Comunidad Internacional es un monstruo, una hidra de muchas cabezas, cada una con sus propios intereses cambiantes, tanto regionales como globales, que no dudan en atacarse entre sí si las circunstancias así lo requieren.

Empezamos a entender porqué, por ejemplo, la guerra civil siria dura ya más de tres años o porqué las bienintencionadas pero superficiales políticas occidentales pro desarrollo para África no consiguen cambiar de manera apreciable la situación de países profundamente empobrecidos, llegando en ocasiones a contribuir a la estabilización de auténticos estados fallidos controlados por señores de la guerra o atroces dictadores. La partida es mucho más compleja de lo que los medios nos quieren hacer ver. Dejemos de aludir a la Comunidad Internacional como un ente al que se le pueda o deba exigir una unidad de acción. Seamos realistas, y empecemos por exigir líneas de acción claras a nuestros propios gobiernos. Teniendo claro, además, que solo estados con una política exterior fuerte, inteligente y bien definida pueden tener algún peso geopolítico real, o participar de forma efectiva en algún bloque supranacional que lo tenga.